INFORME ESPECIAL
Presente y futuro de la crisis del COVID-19

Alejandro Werner
Como es de imaginar, la crisis y sus consecuencias no figuraban en ninguno de nuestros planes de contingencia. Surgió de sorpresa y puso a prueba al equipo, a nuestros clientes, a nuestros proveedores y en general a todos los procesos internos instalados.
Afortunadamente, superamos satisfactoriamente el desafío.
Estamos aprovechando al máximo tanto nuestros sistemas informáticos como así también las plataformas de comunicación y trabajo en equipo.
La intensidad del trabajo durante este período de aislamiento se ha incrementado y los plazos de respuesta en muchos de los casos se han acortado significativamente en un contexto de marcada incertidumbre y de constantes cambios regulatorios.
En estos tiempos turbulentos, el espíritu de equipo, la flexibilidad y la responsabilidad de cada uno de los miembros del estudio nos permitieron y permiten funcionar satisfactoriamente en un contexto difícil.
En este mismo sentido, hemos estrechado los vínculos con la mayoría de nuestros clientes e implementado esquemas de adaptación y cooperación para intentar superar conjuntamente los innumerables obstáculos que van surgiendo.
Sin perjuicio de nuestra evaluación positiva no podemos dejar de señalar que el panorama futuro que se abre es difícil y que todos nuestros esfuerzos están actualmente dirigidos a planificar estrategias y acciones para los tiempos que vendrán.
Nuestras principales medidas estuvieron encaminadas a garantizar la salud de nuestros colaboradores, asegurar la plena operatividad del Estudio y a estar cerca de nuestros clientes, acompañándolos en sus análisis y tomas de decisiones.
Si bien contábamos con herramientas tecnológicas para el trabajo remoto y en equipo, nunca las habíamos utilizado a gran escala.
Desde el punto de vista de nuestros recursos humanos, se potenciaron las reuniones de equipos virtuales y el establecimiento de esquemas de trabajo con metas y objetivos. Cada uno desde su lugar, hizo su aporte para superar los lógicos contratiempos que se fueron dando sobre todo en el inicio.
En estos momentos, nos encontramos reelaborando el presupuesto financiero para el presente año y nuestro plan estratégico, intentando amortiguar el lógico impacto de la crisis, reasignando recursos e inversiones, y desarrollando nuevas soluciones y servicios.
Los cambios serán múltiples, en algunos casos pasajeros y en otros muchos definitivos.
En los distintos niveles de la administración pública y también en los tribunales se conservarán seguramente en forma parcial y/o total algunos de los protocolos de funcionamiento virtuales y remotos implementados en el marco de la crisis.
En el mismo sentido, por el lado de los estudios se producirá una aceleración de la inversión en tecnología y comunicaciones y se adoptarán esquemas de trabajo remoto. El mejor aprovechamiento de nuestros recursos y en general el aumento de la eficiencia en todos los niveles será fundamental para quienes prestamos servicios jurídicos.
En lo que se refiere a la oferta de servicios se destacarán inicialmente las áreas de asesoramiento de empresas en crisis, derecho laboral individual y colectivo y los departamentos contenciosos.
Las consecuencias de las regulaciones de emergencia en materia laboral, impositiva y regulatoria y de las decisiones individuales tomadas en las empresas con respecto a sus operaciones, inversiones, transacciones, personal y proveedores serán evaluadas por los tribunales y la administración pública durante los años venideros.
También el aumento de la comercialización por medio de las plataformas electrónicas y otras formas novedosas de comercialización y distribución, importará a nuestro entender un crecimiento sostenido de las necesidades de asesoramiento en las áreas de práctica de lealtad comercial y derecho del consumidor.
En las áreas de asesoramiento corporativo pronosticamos un reacomodamiento del mercado, con fusiones y adquisiciones que tendrán como objetivo fundamental una consolidación de sus actores, la búsqueda de nuevos socios estratégicos y fuentes de financiamiento para superar la crisis.
Lamentablemente, muchas empresas que ya venían golpeadas antes de la irrupción del Covid – 19 quedarán en el camino.
Toda crisis es en sí mismo una oportunidad que no se debiera desaprovechar. Está en cada uno de los actores afectados identificarlas.
No habrá lugar para la improvisación, los estudios deberemos abandonar nuestra zona de confort y apostar a servicios y soluciones innovadoras.

Federico Becerra
Como una oportunidad. La situación excepcional que vivimos nos llevó a replantearnos en varios aspectos la modalidad de trabajo y la relación con nuestros clientes.
Además, nos permite valorar lo que hemos construido y aprender a cuidarlo.
Por suerte nuestra cartera de clientes está muy atomizada, así que el efecto que tuvo la pandemia en algunos rubros específicos, no nos afectó en forma directa.
En nuestro caso, hemos tenido un crecimiento interanual 2018/2019 superior al 25% en la atención de reclamos de consumidores en distintas instancias.
La tecnología aplicada a la gestión de los reclamos también cobra relevancia, tanto desde el punto de vista de la autoridad regulatoria como desde el de las mismas empresas. Se van generando nuevas iniciativas para acercar y facilitar la interposición y gestión de los reclamos, reduciendo claramente la barrera de ingreso que antes significaba el relativo alto costo y tiempo involucrado para el consumidor.
También la actividad de los organismos responsables en las provincias ha aumentado significativamente, tanto en lo que se refiere a la cantidad de casos gestionados como en lo relacionado con la actividad sancionatoria ante incumplimientos.
Las empresas, por su parte, le asignan mayor relevancia a la atención de los reclamos en instancia formal, dado el riesgo de onerosas multas con el agravante del requisito de pago previo a su apelación y con el impacto que ello implica en sus previsiones contables.
Por su parte, las asociaciones de consumidores, a través de las acciones colectivas, pugnan por mantenerse como nuevos jugadores en el mercado.
Por el lado de la oferta de servicios de gestión por parte de los estudios, entendemos que, por la creciente complejidad y exigencia, son pocos los estudios que están en condiciones de cubrir de manera óptima y eficiente la totalidad de las instancias desde la asistencia inicial a la audiencia hasta la defensa de los intereses de las empresas en las acciones judiciales individuales y/o colectivas. En este sentido, los procesos y el manejo del volumen son herramientas esenciales de gestión.
Por suerte en el estudio ya teníamos bastante aceitada la mecánica para el trabajo a distancia. Todos los abogados tienen las herramientas para hacer su trabajo desde cualquier lugar, con conexión con los demás integrantes del equipo y con acceso a todos los instrumentos que necesitan.
Como medidas adicionales, hacemos reuniones interactivas para compartir ideas y estrategias, tanto a nivel general como de parte de los distintos equipos de trabajo de los casos.
De la misma manera lo hacemos con nuestros clientes, ante la imposibilidad de mantener encuentros personales que solíamos hacer con mucha frecuencia.
La parte del trabajo que sufrió una mayor modificación, por supuesto, es la relación con los tribunales. En ese sentido, la digitalización de los expedientes que se hizo en los últimos años ayuda bastante, aunque creo que se queda corta. La justicia no logra aun modernizar los procesos y eso hace que la investigación de los casos se demore en forma preocupante.
En nuestro ámbito, creo que lamentablemente las consecuencias económicas de la pandemia (sumadas a la ya complicada situación económica del país) van a provocar mucha litigiosidad para las empresas.
Este gobierno está mostrando que su forma de combatir las complicaciones económicas es a través de más y más regulaciones, y el derecho penal económico no va a ser ajeno.
Ya se están viendo las primeras intenciones en el campo del derecho penal cambiario y financiero, con la utilización de disposiciones que introducen nuevas reglas para las operaciones de cambio y las actividades financieras. Los incumplimientos a estas disposiciones son castigadas con sanciones de naturaleza penal, como está previsto en el Régimen Penal Cambiario, en la Ley de Entidades Financieras o incluso a través del control de la Unidad de Información Financiera.
Una muestra de ello se vio en las comunicaciones que emitieron recientemente la Comisión Nacional de Valores, el Banco Central y la propia UIF en relación a las operaciones de contado con liquidación y dólar MEP. Si bien se trata de una operatoria que la justicia hace varios años consideró legal, a través de nuevas disposiciones de los organismos de control el Estado busca desalentar a los operadores y probablemente lo hará llevando la discusión nuevamente a los tribunales.
En definitiva, parece inevitable observar en el horizonte una nueva oleada de litigios penales impulsados por los distintos organismos del Estado, que buscarán desalentar cierto tipo de actividades a empresas y particulares, utilizando la amenaza de la sanción penal, que abarca tanto a las sociedades como personas jurídicas como a sus directores.
De todas maneras, hay que decir también que la justicia penal no va a avalar cualquier intención sancionatoria de los organismos del Estado. Al menos esa fue la experiencia de la última década, en la que debió intervenir en infinidad de sumarios, iniciados por BCRA, UIF, AFIP, ANSES, etc.

Matías Ferrari
El contexto de la pandemia puso en evidencia la necesidad de mantener estructuras flexibles que puedan adaptarse rápidamente a los cambios y repensar estrategias sobre la marcha. La transformación tecnológica es solo la punta del iceberg de este movimiento que va a generar cambios mucho más profundos en las organizaciones. Desde Cerolini & Ferrari, afortunadamente ya trabajábamos bajo estas premisas, con una estructura abierta a los cambios y tendiente a la horizontalidad, desde mucho antes de que el Covid-19 obligara al mercado a transformarse de manera forzosa. Eso nos permitió hacer una transición mucho más suave que la experimentada por otras empresas, apoyarnos en nuestro equipo en lugar de presionarlo y, de este modo, atender mejor las necesidades de nuestros clientes.
Desde un primer momento nos centramos en la idea de que esta situación se asemeja más a una maratón que a una carrera y hay que llegar al día después. Como mencionaba, vivimos una transición suave en lo que refiere a dinámicas de trabajo, lo que nos permitió centramos en cuidar el estado anímico de nuestros colaboradores sin perder calidad en el servicio.
Esta lógica se centra en la idea de que las esferas de interacción internas al Estudio y externas con los clientes son permeables, particularmente en un contexto donde todos manejamos la misma incertidumbre. El trabajo de los abogados nunca es únicamente legal, pero en este contexto cobra especial importancia la capacidad de contención de nuestros clientes, sus urgencias y ansiedades. Instalar en nuestro equipo una lógica de trabajo basada en el diálogo y la humanización de las relaciones para enfrentarnos al contexto es la mejor forma de transmitirles a los clientes estos mismos valores.
Hoy en día nuestro foco no está puesto en aumentar la rentabilidad, sino poder sortear la ola que nos toca y adaptarnos al escenario para mantener nuestros estándares de calidad.
Creo que va a haber mucho movimiento en las prácticas que trabajamos desde Cerolini & Ferrari. Desde el área de Litigios, los contratos entre empresas han sido y seguirán siendo fuertemente impactados, lo que traerá una mayor litigiosidad. También los derechos de los consumidores están puestos a prueba por empresas que no pueden cumplir con sus clientes. Hoy en día, la litigiosidad está contenida porque no hay Tribunales y porque todos todavía están bajo los efectos del baldazo de agua fría por cómo escaló la situación.
Desde el área Tributaria, hay mucha reformulación en materia normativa que va a dar lugar a planes de pagos en materia de impuestos, en algunos casos y, en otros, a mayor presión fiscal, con la consecuente discusión sobre la razonabilidad de los nuevos tributos. Hoy ya hay una rediscusión sobre la cuestión tributaria y las novedades actuales y futuras que genera la desfinanciación del Estado.
Desde el área de Derecho Corporativo, aun cuando hoy las inversiones y el financiamiento están fuertemente contenidos, una vez que entremos en un escenario de más de certidumbre van a haber muchas oportunidades de adquisición de empresas y actores económicos interesados en invertir dado que hoy muchos activos se encuentran a precios muy bajos y existirán muchas necesidades de financiamiento.

Juan Martín López Quesada
Dos días antes del Decreto 297, el Poder Judicial comenzó con la feria que se ha prolongado hasta estos días. Por tal motivo, ya desde el 18 de marzo, en nuestro Estudio decidimos adoptar las medidas necesarias para poder continuar brindado los servicios de asistencia jurídico penal y penal económico. Sin perjuicio del referido cierre de los Tribunales, los socios y abogados del Estudio continuamos trabajando en el desarrollo de estrategias y defensas para los casos y asuntos que nos confiaron nuestros clientes. También se han generado nuevas consultas que demandan atención inmediata.
En tal sentido, y en relación con la denominada “cuarentena”, brindamos asistencia a diversos clientes que desarrollan actividades calificadas como esenciales por el DNU 297 y, por tal razón, se encuentran exceptuados del cumplimiento de las medidas de aislamiento. Del mismo modo, la ambigüedad de la norma dictada por el Poder Ejecutivo Nacional generó dudas en diversos prestadores de servicios y ello motivó la confección de dictámenes y opiniones jurídicas, elaboradas por los socios del Estudio, tendientes a precisar los alances de la norma.
Institucionalmente, el Estudio mantiene informados a sus clientes de las principales novedades en materia penal, a través de un newsletter, la página web del Estudio y la red social Linkedin, entre otras. Al respecto, hemos provisto un análisis de las principales normas dictadas a raíz de la crisis del COVID 19, y las contingencias penales previstas en ellas. No debemos soslayar que el propio Decreto 297 dispone la remisión de testimonios a la justicia penal, en caso de que un ciudadano infrinja, sin justificación alguna, el “aislamiento social, preventivo y obligatorio”. La norma remite directamente a los artículos 205 y 239 del Código Penal, cuya aplicación deberá ser analizada por los jueces competentes, una vez que se reanude la actividad judicial, generando expedientes en la justicia penal.
Como anticipé al inicio, con motivo de las restricciones impuestas, el Estudio ha adoptado diversas medidas para continuar brindando el servicio. Hoy existen numerosas herramientas que permiten una conexión eficaz e inmediata. Todos los socios y asociados tenemos acceso remoto, desde nuestros respectivos domicilios, a la totalidad de los archivos informáticos almacenados en el servidor del Estudio. Esto nos permite continuar trabajando normalmente. Lógicamente, las reuniones dejaron de ser presenciales, pero hoy se llevan a cabo a través de diversas aplicaciones, como Zoom, Hangouts, etc. En ese sentido, el cambio forzado no ha alterado la dinámica de las reuniones.
Incluso, imagino algunos cambios en el ejercicio de la profesión, una vez finalizada la cuarentena. Ha quedado demostrado que es posible brindar un buen servicio, mediante el uso adecuado y responsable de la tecnología, sin que resulten imprescindibles las reuniones presenciales. Lógicamente, por la confidencialidad del servicio, se deberán tomar los recaudos necesarios. Incluso, los abogados hoy contamos con firma digital para la presentación de escritos en aquellas causas en las que intervenimos y, con motivo de la crisis derivada del COVID 19, la CSJN ha dictado una acordada exhortando a los jueces del fuero penal a obtener la firma digital, y proseguir con el trámite de los expedientes.
Supongo que el principal cambio de producirá en la forma de hacer negocios. No sólo en la Argentina, sino en el mundo entero. Las consecuencias económicas de la pandemia en materia económica serán gravísimas y, lamentablemente, la recuperación será muy lenta. Por ello, más que nunca habrá que volcar los conocimientos, el ingenio y la estrategia, en el desarrollo de un modelo de negocios sustentable. Todas las crisis traen oportunidades, y en Argentina esa frase remanida cobra mayor valor, debido a la crisis económica que sufre el país.
Los estudios jurídicos también deberemos adaptarnos a las nuevas exigencias, y las nuevas reglas de juego. Como señalé, posiblemente el encierro forzoso y la extensa feria judicial, producirán a la brevedad cambios sustanciales en el trámite de los expedientes y en la resolución de conflictos.
Al margen, pasada la pandemia es esperable la aparición de numerosos conflictos judiciales y litigios, ya que las medidas de confinamiento han provocado modificaciones drásticas en innumerables relaciones jurídicas, contratos, derechos reales, etc. Los abogados debemos estar preparados para afrontar los nuevos desafíos que, indudablemente, marcarán el ejercicio de la profesión.

Álvaro Tarabal
Desde el primer día en que el gobierno exhortó a los ciudadanos a quedarse en sus casas la totalidad del estudio pasó a trabajar en forma remota desde el hogar de cada uno.
Nuestros sistemas ya estaban preparados para ello, por lo cual fue muy fácil instrumentar el pasaje a la modalidad “home office”.
Hasta ahora nuestros servicios no se han resentido y se vienen prestando en forma regular y eficientemente.
La semana próxima comienza la operación “retorno” a nuestras oficinas. El regreso es totalmente voluntario habiéndose formado grupos con aquellas personas que quieren volver a trabajar al estudio los cuales alternaran su asistencia durante la semana de forma de evitar la concentración de gente, y de tener mayor control ante una eventual propagación del virus y la correspondiente cuarentena. Se seguirá un estricto protocolo sanitario para el ingreso a las oficinas y la circulación dentro de las mismas.
Como decía en la respuesta anterior la principal medida fue el trabajo remoto.
También se tomaron medidas para monitorear el funcionamiento de cada equipo (trabajo, carga de horas, facturación), y para fomentar la periódica comunicación dentro de los equipos y entre unos equipos y otros, tratando de mantener la máxima cercanía posible (aunque virtual) entre todos nosotros.
Como una forma de mantener vivo el espíritu de equipo, de pertenencia a la organización, de sentirnos más cerca y de dar aliento en estos difíciles días nuestro senior partner, Nicolás Herrera, ideó un programa de comunicaciones diarias: todas las mañana durante las primeras semanas de encierro enviaba a todos los integrantes del estudio el hoy famoso (entre nosotros) mensaje de “Buenos Días Guyer!”, con una reflexión sobre la experiencia que estamos viviendo, alguna anécdota divertida y palabras de aliento. Luego de las primeras semanas el mensaje de “Buenos Días Guyer!” pasó a ser dado cada día por un equipo diferente, quedando librado a la imaginación de cada equipo el tipo y forma de mensaje. Así tuvimos mensajes muy divertidos como el trasmitido mediante una muy ocurrente sentencia preparada por el equipo contencioso, y un zafado video del equipo de marketing, entre otros.
Otras medidas importantes que hemos tomado son la revisión estricta y control periódico de gastos y un seguimiento semana a semana de la facturación y cobranza.
Como bien dicen, toda crisis genera oportunidades. Y esta no es una excepción. Ya lo estamos viendo. Todos los días están apareciendo nuevos emprendimientos en áreas específicas como ser tecnología, comunicaciones, transporte, comercio, que representan buenas oportunidades de negocios.
También esta crisis nos ha enfrentado tristemente y en forma muy cruda con importantes carencias de la sociedad. Pues esta es también otra oportunidad: analizar las carencias dejadas en evidencia y buscar soluciones para un mejor aprovechamiento de los recursos que puedan mejorar sustancialmente la calidad de vida de los más expuestos a fenómenos como el que hoy vivimos y de los más desvalidos. Todo un desafío.
Cambios, si, sin duda habrá algunos, pero creo que serán en el corto plazo y solo durante el tiempo en que dure esta pandemia. Luego creo que volveremos a la anterior forma de interactuar y socializar aunque tal vez siendo un poco más humanos, más solidarios y jerarquizando valores que teníamos medio olvidados.

Hugo Vivot
En Hope, Duggan & Silva estamos atravesando bastante bien el aislamiento dispuesto por el Estado. Como primera cuestión, pudimos ratificar la muy buena respuesta de toda la gente que integra el Estudio que, ante la incertidumbre que existía al principio, supieron estar a la altura de las circunstancias mostrando su compromiso y unidad, aportando ideas, haciendo cada uno esfuerzos en sus áreas, competencias y responsabilidades.
Otro factor que claramente ayudó y que estamos ahora confirmando que fue una decisión acertada y que en circunstancias normales no luce tanto, es la constante inversión y actualización en tecnología. Todas las áreas del estudio, incluso las de soporte como la administración, pueden trabajar remotamente y sin inconvenientes, a pesar de que no podemos usar nuestras oficinas durante el aislamiento dispuesto por el Gobierno.
Por otro lado, en nuestro modelo de negocio, la inmediatez de los socios con todos los clientes y los temas y el ágil y fluido vínculo entre todos, ayuda a este proceso, porque claramente ante la incertidumbre, sensibilidad y delicadeza de los desafíos que enfrentan los clientes se encuentran con la confianza, disponibilidad y seguridad que genera un inmediato contacto con un socio. Esto es algo que, en los actuales momentos, nos parece un activo importante de HDS y es valorado por nuestros clientes.
Una de las cuestiones que impactaron en la actividad, fue la suspensión de los vuelos y el cierre de las fronteras, por lo que debimos suspender las rondas de visitas a y de nuestros clientes del exterior previstas para este año, confiados en que se reprogramarán en algún momento. Si bien los contactos siguen, incluso con mayor intensidad que en tiempos normales, las relaciones interpersonales y presenciales nos parecen insustituibles.
Vinculado con lo anterior, ante los desafíos que presenta el home-office, nos centramos en la necesidad de reforzar el vínculo de pertenencia, el trabajo en equipo e incluso la comunicación y contención de nuestros equipos. La gente que es parte de HDS, realmente valora la importancia que le damos al factor humano y a estos gestos, incluso pueden dar cuenta de ello todos los que tuvieron una experiencia laboral en el estudio. En tal sentido, los socios administradores y cada socio con su equipo, buscamos el dialogo fluido, permanente y con mensajes positivos.
También constituimos un equipo encargado del constante relevamiento de todas las medidas dictadas tanto por el Estado Nacional como por las distintas jurisdicciones, con motivo del COVID-19. Ese equipo, no sólo está encargado de detectar cada norma dictada, sino que va más allá y analiza el impacto de esa norma en las actividades y negocios de nuestros clientes, quienes realmente valoran ese aporte.
Otra cuestión que hicimos, sin que represente una dificultad mayor, fue constatar el accesibilidad y uso por parte de todos los miembros del estudio de la gran cantidad de herramientas tecnológicas que el Estudio dispone, para que el servicio a nuestros clientes pueda ser prestado sin inconvenientes.
Entiendo que en estos momentos, tampoco las autoridades tienen claro cómo ir liberando el aislamiento social y preventivo impuesto. Por lo menos no hay mensajes claros. Por nuestra parte, estamos avizorando una primera etapa de transición, en la que se volverá a una actividad más presencial, aunque con restricciones, que busquen -por ejemplo- evitar en lo posible reuniones y/o que los participantes en las mismas sean los estrictamente necesarios. Además, teniendo en cuenta la situación y los casos puntuales de nuestro personal, iremos viendo cómo se irá implementando la concurrencia al Estudio, quizás la rotación de los equipos que deban realizar actividades presenciales y lógicamente con un protocolo de seguridad interno, que siga las mejores prácticas sanitarias.
Esta crisis también nos dejó a todos una mayor conciencia de cuidar nuestra salud y la de los demás. Ya no podremos admitir, tanto en nuestro trabajo como en nuestras actividades sociales, ese comentario al pasar de “estoy un poco engripado”.
Es claro que esta pandemia tuvo mas activas a determinadas áreas del Estudio, tales como nuestro departamento de Derecho Laboral, el de Administrativo y Regulatorio, el Corporativo por el impacto de estas medidas en los diversos contratos y la renegociación de varios de ellos, el área corporativa con la realización de actos societarios (reuniones de directorios y asambleas de accionistas en forma remota) aunque el resto de las áreas también estuvieron activas.
Si bien las medidas dispuestas por el Gobierno, con motivo de la pandemia, han generado oportunidades de negocios, principalmente para algunas de las actividades consideradas esenciales, es claro que este aislamiento ha precipitado la inclinación de la gente común hacia la tecnología y hacia la actividad y comercio electrónicos. Esto presenta un desafío para todos, para que los marcos jurídicos, incluso los laborales, se adecuen a esta nueva realidad económica y forma de hacer negocios que se va a imponer, guste o no. Además, para todas las actividades afectadas por el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio e incluso para aquellas actividades que pudieron verse favorecidas por esta coyuntura, se requerirá de inversión para su reactivación y también para su crecimiento sostenido y para ello será necesario contar con un horizonte macroeconómico despejado. Superada la cuestión puntual de las medidas dispuestas a raíz del COVID19, entiendo que la solución a la cuestión de la deuda pública y un panorama macroeconómico razonable, son los que aportarán verdaderamente a un clima de negocios sustentables. Como mucho se ha dicho con motivo de esta pandemia, nadie se salva solo y estamos todos en un mismo barco. La oportunidad de un negocio puntual, no es una solución sustentable.

Hernán Munilla Lacasa y Francisco Vilela
El estudio, como el resto de los estudios del país, cualquiera sea su especialidad, no puede naturalmente sustraerse a las medidas sanitarias de distanciamiento social dispuestas por el gobierno. La cuarentena originada en el Covid-19, cuya constitucionalidad ha sido declarada judicialmente, y que compartimos, es lo suficientemente grave y extendida como para no hacerle caso. Así también lo entendió la Corte Suprema de Justicia en diversas Acordadas, a través de las cuales decretó una feria judicial extraordinaria. La crisis, por cierto, puso en evidencia la precariedad de los soportes con los que cuenta la justicia, pese al esfuerzo silencioso de la mayoría de sus integrantes.
No obstante lo dicho, el mundo no se ha detenido. Porque no puede hacerlo. El mundo cambia, en forma constante, y sencillamente los que en él habitamos debemos adaptarnos. Alguien recordó días pasados a Oscar Wilde: “lo único que realmente sabemos sobre la naturaleza del hombre es que cambia”. Y agrega: “los sistemas que fracasan –podríamos agregar nosotros, ‘las profesiones’- son aquellos que depositan su confianza en la permanencia de la naturaleza humana y no en su crecimiento y desarrollo”.
En suma, la crisis ha golpeado con suficiente fuerza como para que la justicia sin demoras se modernice, digitalizando íntegramente los expedientes, y comience a utilizar la tecnología para brindar un servicio ágil, eficiente y transparente.
El encierro o la imposibilidad de desplazarnos libremente no impide que atendamos remotamente nuestras obligaciones profesionales y que hagamos un seguimiento constante de la evolución de la pandemia, como así también de la normativa dictada a su respecto. Las consultas legales se siguen produciendo y las herramientas tecnológicas nos permiten brindar el asesoramiento adecuado. Incluso, invocando razones de fuerza mayor, nos hemos desplazado a cubrir urgencias profesionales, cuando nuestros clientes así lo han requerido. La transformación digital y el home office han venido para quedarse, lo mismo que la reuniones virtuales, que hemos mantenido en forma constante entre los abogados y colaboradores del estudio y nuestros clientes, para asegurar la provisión de un equipo coordinado y un flujo de trabajo eficiente y continuo.
Asimismo, hemos mantenido nuestros compromisos como docentes y participamos, en el rol de asistentes y expositores, de diversos eventos académicos a través de las plataformas digitales mayormente utilizadas en estos días.
Sin lugar a dudas los cambios que se están produciendo darán lugar a nuevos cambios. Ya no hay forma de volver atrás. Lo que era ya no es. La sociedad está experimentando en su conjunto la fuerza arrolladora de una transformación nunca vista, en los planos social e individual, que nadie esperaba y para la cual no estábamos preparados.
Los abogados, protagonistas esenciales de esta gran red o contrato social que regula el comportamiento de las relaciones de las personas entre sí (físicas y jurídicas, nacionales y extranjeras) y de sus relaciones con los tres poderes del Estado, debemos estar necesariamente atentos, como siempre, a la profundidad y calidad de los cambios que habrán de producirse. Desde luego, nuestra profesión, como cualquier otra actividad laboral, se verá afectada por las medidas políticas y económicas que está adoptando o que puede adoptar el gobierno, que tal vez se orienten hacia un mayor aislamiento (la salida parcial del Mercosur es un buen ejemplo), más proteccionismo y a una expansión de los controles y regulaciones. En definitiva, los abogados debemos velar para que el estado de excepción en el cual nos vemos inmersos no se convierta en la regla. El estado de derecho, la división de poderes, el sistema republicano de gobierno y la defensa acérrima de la Constitución son valores que reclaman de abogados comprometidos en su defensa.
Al margen de lo apuntado, es posible avisorar que, como todo cambio radical, el nuevo escenario que habrá de configurarse aparejará para los abogados la posibilidad de utilizar modelos innovadores destinados a motorizar su desarrollo, nuevos emprendimientos y oportunidades de negocios. Todo ello a partir de plataformas digitales, apps, IA, Big Data, herramientas éstas que ya están moldeando la forma en que vivimos y nos relacionamos, aunque de momento no en la justicia. Sin embargo, para alcanzar estos fines, estamos profundamente convencidos de la necesidad de desenvolver ciertos componentes insustituibles, que preceden y trascienden cualquier innovación tecnológica y que constituyen factores determinantes de un servicio profesional diferencial y competitivo: confianza, credibilidad y una buena comunicación.

Uriel Federico O’ Farrell
El Estudio O´Farrell atraviesa la crisis con 100% de sus abogados y personal trabajando a distancia y con sus clientes locales e internacionales haciéndolo del mismo modo.
El volumen de trabajo se ha reducido, en especial el correspondiente a la actividad judicial que continúa prácticamente paralizada desde el 20 de marzo. En lo que respecta a la actividad extrajudicial y de asesoramiento, por tratarse de una crisis internacional derivada de la pandemia, notamos que tanto clientes locales como internacionales han sufrido la grave crisis económica y consecuentemente han reducido sus presupuestos para todo tipo de servicios, incluyendo los legales.
El modo de trabajo se ha adaptado a estas épocas ya que nuestras reuniones internas, y con colegas y clientes se continúan realizando , pero ahora de modo virtual utilizando las herramientas que estaban disponibles pero se subutilizaban (Webex, Microsoft Teams , Skype , Zoom, etc).
La primera y principal medida fue, ante el aislamiento nuestro y de los clientes, asegurarnos de poder prestar nuestros servicios de modo rápido y eficiente. A tal fin ajustamos nuestros sistemas de comunicación y de trabajo interno para estar en condiciones de cumplir con nuestros clientes y funcionar con normalidad administrativa y financiera.
Además, revisamos y redujimos nuestros costos tratando de ajustarlos a la situación de emergencia que estamos padeciendo. En lo que respecta al personal, suspendimos a aquellos cuya actividad se redujo total o parcialmente, abonándoles compensaciones para que no vean reducidos sus ingresos normales.
Sin embargo el foco estuvo en las medidas tomadas para poder operar normalmente. En lo que va de la medida de aislamiento hemos logrado un funcionamiento muy eficiente y hasta diría mejor al que teníamos antes del 20 de marzo.
El cambio que seguramente se producirá pasada la pandemia es que los estudios de abogados, al igual que otras organizaciones que prestan servicios, incorporaremos el trabajo a distancia como la “nueva normalidad”. Esto significa que para poder prestar adecuadamente el servicio ya no será necesario que todas las personas se encuentren trabajando en un mismo lugar. El trabajo a distancia utilizando las herramientas de comunicación y administración existentes ha probado durante esta pandemia ser no solamente posible sino tal vez mejor al anterior sistema de trabajo.
En lo que se refiere a oportunidades de negocios, la crisis que trajo aparejada la pandemia seguramente aumentará el trabajo contencioso en el área contractual, en lo tributario como consecuencia de las necesidades fiscales de la Nación, las provincias y los municipios y en lo administrativo a raíz de conflictos entre las administraciones y los administrados.

Guillermo Quiñoa,
P. Eugenio Aramburu
y Luis D. Barry
Afortunadamente ningún miembro del estudio o sus familias se ha visto comprometido por el COVID-19, lo que nos da mucha tranquilidad y nos permite enfocarnos en el trabajo.
Continuamos trabajando desde nuestras casas, brindando un servicio oportuno y eficiente, mostrando una gran flexibilidad de todos nuestros miembros para adaptarse a la situación. Estamos listos para conectarnos con clientes a través de audio, video, chat grupal o cualquier otro medio. Nuestros equipos están muy comprometidos en continuar con los temas habituales de nuestros clientes, así como los problemas legales derivados de COVID-19. Creemos que a medida que navegamos este momento difícil, debemos mantener un contacto cercano con nuestra gente y clientes y asegurar el compromiso de PAGBAM de brindar el mejor servicio, como lo venimos haciendo hace 29 años.
Hemos reunido un equipo especial de abogados que, en respuesta a la crisis actual, creó un portal en nuestro sitio web con un resumen diario de normativa, artículos de opinión y las respuestas a las preguntas frecuentes que recibimos. Este equipo también se encarga de responder las preguntas de los clientes y actualizar a nuestros propios abogados con respecto a la implementación de las nuevas medidas. Toda la información anterior se distribuye a través de nuestras redes sociales y canales de correo electrónico. Además, en las últimas semanas lanzamos nuestro primer ciclo de webinars, compuesto por ocho charlas sobre el impacto del Coronavirus en las distintas áreas del derecho.
Gracias a la política de viernes flex que implementamos hace unos años, está situación nos encontró bien preparados para trabajar de forma remota. Durante los últimos años, hemos invertido en programas de gestión de documentos, contables y de carga de horas para trabajar desde nuestras casas, por lo que la transición al trabajo 100% a distancia fue realizada sin grandes dificultades.
Antes de que el Gobierno nacional ordenara el aislamiento, implementamos el home office obligatorio brindando todo el apoyo necesario a nuestros empleados, desde el acceso remoto a todos los documentos, hasta nuevas plataformas para comunicarnos digitalmente entre nuestros equipos y clientes, priorizando en todo momento continuar brindando el mejor servicio al cliente.
El Comité Ejecutivo y los socios habitualmente tienen videoconferencias entre ellos y con los diferentes sectores para garantizar la contención de todos los miembros del estudio y coordinar el trabajo diario, así como para mantener el espíritu de equipo que caracteriza a la forma de relacionarnos en PAGBAM.
Nuestro equipo de IT se ha asegurado de que todos nuestros servidores y redes sigan funcionando, y también hemos proporcionado computadoras personales para aquellos que las necesitan. Nuestras oficinas están cerradas, pero ya hemos elaborado un protocolo de prevención para la transición hacia el trabajo presencial a fin de proteger a nuestra gente y a nuestros clientes, y adaptarnos a esta nueva realidad.
En materia de organización interna de la firma, creemos que se profundizará el trabajo home office. También se incrementará el uso de medios remotos y electrónicos para los procedimientos administrativos, judiciales y arbitrales, así como para las negociaciones y reuniones de todo tipo. Por lo tanto, será necesario continuar invirtiendo fuertemente -como ya lo venimos haciendo- en tecnología, facilities y capacitación de nuestra gente, de forma tal de seguir permanentemente a la vanguardia en la prestación del mejor servicio legal.
En cuanto a nuevas áreas de negocios, ya estamos notando que nuestros clientes requieren más asesoramiento y acompañamiento en temas tales como el comercio electrónico, derecho laboral (tanto individual como colectivo), tratamiento de datos, reestructuraciones y financiamientos, litigios, conflictos contractuales, temas regulatorios y administrativos, defensa del consumidor, protección de la investigación y desarrollo de nuevos productos, entre otros. Auguramos una profundización y mayor desarrollo de los sectores del estudio especializados en estas temáticas.