Por Luis E. Denuble.
Abogado matriculado en Argentina y Nueva York.
Fundador de Denuble Law PLLC (denublelaw.com)
Los precios de transferencia han cobrado cada vez más importancia en los últimos años, a medida que la globalización avanza, y las empresas vinculadas, sin importar su tamaño, realizan negocios internacionales. Con esta mayor actividad, las autoridades fiscales de muchos países han identificado dichos precios como una fuente infrautilizada de ingresos fiscales.
La planificación fiscal internacional considera los precios de transferencia como una herramienta valiosa en la que las empresas vinculadas económicamente manejan las transacciones de bienes y servicios, e intangibles. Las regulaciones tienden a que no existan ventajas, de manera tal que lo que las empresas vinculadas cobren y paguen sean similares precios que aquellos que pagarían entidades que no estuvieran relacionadas.
Durante el 2018, la autoridad fiscal de los Estados Unidos, la Internal Revenue Services (IRS), emitió nuevos lineamientos que deben seguir sus evaluadores y examinadores, lineamientos que pueden servir de orientación en la planificación y ejecución de precios de transferencia.
De allí se desprende que toda documentación (contratos, facturas, etc.) que acredite de forma lo más detallada posible las operaciones evaluadas tiene mejores chances de aprobación que la documentación genérica e incompleta.
Un punto importante es que el estudio estos precios es solo el primer paso crítico, el cual debe ser acompañado por una buena implementación y el correspondiente mantenimiento en el tiempo, para así adecuarse al constante cambio regulatorio de las jurisdicciones involucradas.
Finalmente, es esencial que la declaración de impuestos incluya detalles sobre las prácticas de precios de transferencia. Caso contrario, la IRS puede cuestionar transacciones significativas entre compañías, ajustes retrospectivos y transacciones con jurisdicciones de bajo impuesto.