Por Luis E. Denuble*
El nuevo presidente Joe Biden empezó a desmarcarse en materia inmigratoria de su predecesor, desde el primer día de gobierno. En efecto, el día 20 de enero de 2021, se han emitido varias órdenes ejecutivas con importantes consecuencias inmigratorias, tales como:
- Le pidió al Congreso de los Estados Unidos que trabaje en el dictado de una ley que otorgue estatus de residentes permanentes a aquellos jóvenes y niños que fueron traídos a los Estados Unidos y que se encontraban exceptuados de deportación gracias a la Deferred Action for Childhood Arrivals (DACA).
- Ordenó la terminación de la prohibición de viajar a los Estados Unidos de parte de personas de países musulmanes tales como Siria, Sudan, Somalia, Irán, Iraq, Libia, Yemen, Nigeria, Myanmar, Tanzania, entre otros.
- Ordenó el cese inmediato de la construcción del muro construido en la frontera con México.
- Se inclinó por flexibilizar algunos criterios de actuación del Immigration and Customs Enforcement (ICE) poniendo el foco en la persecución de personas indocumentadas que hayan cometido delitos violentos.
En el transcurso del 2020 y en el marco de la pandemia COVID-19, la anterior administración había ordenado la suspensión de entrada de inmigrantes y no inmigrantes que pudieran representar un riesgo para el mercado laboral de los Estados Unidos. Dentro de este colectivo se encuentran las personas que pueden aspirar a obtener la residencia permanente (tarjeta verde o green card ) y algunas visas de no inmigrantes como H-1B, L1 y J, entre otras.
La primera suspensión se fijó el 22 de abril y por un periodo de 60 días. Luego, se fueron dando sucesivas prórrogas, y la última se dictó el 31 de diciembre de 2020 por noventa días, estando todavía vigente y venciendo el 31 de marzo de 2021.
El 24 de febrero el presidente Biden, dejó parcialmente sin efecto esa prohibición solo en lo que respecta a las visas de inmigrantes, esto es aquellos que podrían obtener la residencia permanente, manteniéndose aún vigente respecto de las visas de no inmigrante mencionadas anteriormente.
Por último, se destaca que las visas de inversor como las E-2 han sido siempre vistas con buenos ojos por ambas administraciones ya que tienen precisamente como objetivo la creación de nuevos puestos de trabajo en el mercado de los Estados Unidos.
*El autor es abogado admitido en New York y Argentina. Es fundador de Denuble Law PLLC (www.denublelaw.com) y actual Vice-Presidente de Argentine Lawyers Association of New York.