Por Andrea López Pisani
Según un informe del Centro de Estudios de Justicia de las Américas (2008-2009) sobre los países con mayor número de abogados por cantidad de habitantes, Argentina se encuentra en quinto lugar (después de Costa Rica, Colombia, Italia y Brasil). Esto implica un número de aproximadamente 122.000 abogados a esa fecha. Por otro lado, un relevamiento realizado por la Secretaría de Políticas Universitarias mostró que en 2018 la carrera más elegida en Argentina fue Abogacía con 44.599 inscriptos
Constituírnos en una oferta profesional valiosa y diferente es un emprendimiento necesario y desafiante, tanto para aquellos que eligen ejercer la profesión en forma independiente, como para quienes optan por desarrollarse profesionalmente en un estudio, en la Asesoría Legal de una empresa, o en un organismo judicial.
Se trata de crear nuestra propia marca personal, que es mucho mas que un logo o un slogan. Es el conjunto de percepciones, pensamientos y emociones que se construyen en la mente del cliente como consecuencia de la experiencia de la interrelación con el profesional. Es la conexión entre dos sistemas de valores: el del cliente y el del profesional.
La construcción de nuestra marca personal implica un proceso de auto-observación y de planificación de nuestra carrera profesional. El objetivo es definir cuáles son los aspectos y características personales y profesionales por las que queremos ser reconocidos por aquellos por quienes deseamos contratados.
En primer lugar, debemos determinar cuál es nuestra visión laboral y personal. Alejandro Melamed señala que no plantearnos cuál es nuestra visión es quizás la mayor causa de fracaso en la carrera y en la vida… “es como correr una maratón a ciegas”. En este sentido nos ayudará preguntarnos, por ejemplo, ¿Qué quiero lograr en mi vida profesional? ¿Y en mi vida personal? ¿Qué es importante para mí? ¿Qué me motiva? ¿Cómo quiero ser reconocido? ¿Qué quiero aportar a los demás? ¿Qué huella quiero dejar? ¿Qué cosas no estoy dispuesto a negociar? ¿Dónde me gustaría estar dentro de 5 años? ¿Y dentro de 10 años? ¿Y dentro de 20 años?
En segundo lugar, debemos determinar cuáles son nuestros intereses, capacidades, habilidades, fortalezas y valores. Algunas preguntas guía en este camino son ¿Qué es lo que más me gusta hacer en la profesión? ¿Cómo me gusta trabajar? ¿Cuáles son los valores más significativos para mí? ¿Qué me distingue? ¿Qué hago mejor que los demás abogados? ¿En qué me diferencio? ¿Qué aspectos de mi personalidad son los más atractivos para las personas? ¿Qué es lo que más valoran los clientes de mi trabajo? ¿Por qué los clientes elegirían contratarme a mí?
En tercer lugar, debemos identificar quiénes queremos que nos contraten y en qué áreas deseamos especializarnos. “Cuando se intenta ser todo para todos, se termina siendo casi nada para nadie” decían Al Ries y Jack Trout en “Las 22 Leyes Inmutables del Marketing”.
En cuarto lugar, se trata de definir la estrategia para potenciar nuestra credibilidad y prestigio, y llegar a nuestro público clave. En esta instancia es importante considerar todos los recursos con que contamos, ya sean tecnológicos, fuentes de información, contactos, etc. Es muy importante cuidar la coherencia entre nuestros objetivos, valores, estrategia y acciones. La percepción de esta coherencia por los otros determina que confíen o no en nosotros. Y no nos olvidemos que la confianza es la base ineludible de la relación entre el abogado y su cliente.
En su libro “El mejor negocio eres tú” Reid Hoffman (fundador y presidente de Linkedin) y Ben Casnocha, comparten consejos para lograr marcas personales exitosas:
- Cada persona es una pequeña empresa y debemos vivir en “estado beta permanente”: en permanente aprendizaje y desarrollo.
- Debemos crear nuestra ventaja competitiva en base al juego de tres fuerzas diferentes: nuestros activos (aptitudes, experiencia y relaciones), nuestras aspiraciones y valores, y la realidad del mercado.
- Crear nuestro plan de desarrollo y crecimiento y mantenerlo permanente actualizado.
- Crear relaciones, formar parte de redes y trabajar colaborativamente para potenciar nuevas oportunidades.
- Estar permanentemente atentos a la nuevas realidades y oportunidades que se presentan en un mercado cambiante.
- Animarnos a asumir riesgos en forma consciente e inteligente.