Por Franco Basile, socio de Impuestos y Legales Tax de KPMG Argentina
Los equipos fiscales de las empresas necesitan tener procesos que les ayuden a mantenerse al día con los nuevos impuestos e incentivos que aparezcan. La importancia de adoptar un enfoque ético y responsable en materia fiscal frente a inversores y consumidores.
Buenos Aires, 1 de julio de 2025/ KPMG. El riesgo fiscal forma parte integral del riesgo comercial más amplio de una empresa. Con diferentes enfoques sobre aranceles comerciales en todo el mundo las empresas deben comprender la geopolítica de las aduanas, el comercio y la circulación de mercancías. Y los responsables fiscales tienen que colaborar con la alta dirección para explicar las fuentes de riesgo fiscal y destacar las oportunidades. Todos estos temas son abordados en el informe especial de KPMG titulado “Navegando las fuerzas del cambio fiscal. Política fiscal, inteligencia artificial y talento”.
Dice Franco Basile, socio de Impuestos y Legales Tax de KPMG Argentina, que “de un tiempo a esta parte, el manejo y administración de grandes volúmenes de información en plazos realmente muy acotados se ha vuelto clave para poder realizar el trabajo de cumplimiento impositivo de cualquier empresa mediana o grande. Al tratarse obviamente de liquidaciones impositivas, el desafío técnico tradicional de la materia subsiste, pero ya no es suficiente: cada vez más son necesarias herramientas tecnológicas y perfiles especializados que sepan sobre todo utilizar e interpretar los cuantiosos datos que surgen de los sistemas contables para luego volcarlos en las determinaciones impositivas respectivas. Establecer controles, poder detectar anomalías, y conocer y manejar las herramientas tecnológicas adecuadas son funciones que debe tener hoy en día cualquier departamento impositivo.”
En un tema de actualidad como la facturación electrónica, por ejemplo, los equipos fiscales pueden colaborar con los departamentos de compras y ventas para transmitir la importancia de obtener correctamente los datos de facturación desde el principio a fin de evitar interrupciones perjudiciales en las operaciones y el flujo de caja. Como señala Lachlan Wolfers, director Global de Impuestos Indirectos de KPMG International, “si una empresa está considerando entrar en un nuevo mercado o realizar una transacción con un socio comercial, el departamento fiscal debe estar presente para comprender el impacto y ayudar con cuestiones como la optimización de la responsabilidad fiscal de la cadena de suministro”.
En la última Encuesta Global de Referencia Fiscal de KPMG, cuando se preguntó a los responsables fiscales qué tema se alineaba más estrechamente con la estrategia principal de su función fiscal, la “creación de valor” fue la respuesta principal (35 %). Los consultados indicaron también que buscan generar valor principalmente mediante la obtención de ahorros fiscales ante los rápidos cambios legislativos y la evolución de los regímenes tributarios, la modelización flexible de escenarios, la planificación y previsión avanzadas, y la generación de incentivos. Mike Linter, director Global de Impuestos para Empresas Privadas de KPMG International, afirma: “Los impuestos son un factor facilitador para los objetivos estratégicos de las organizaciones. Las empresas privadas, por ejemplo, representan una proporción cada vez mayor de las empresas, y desean saber cuánto riesgo personal asumen.”
Cuando los equipos fiscales de una empresa se centran en el valor, la regulación ESG puede considerarse no solo como un riesgo de cumplimiento, sino como la base para una ventaja competitiva. Las organizaciones que adoptan un enfoque ético y responsable en materia fiscal deberían estar bien posicionadas ante inversores, consumidores y otras partes interesadas. Esto exige que los responsables fiscales dialoguen con diversas partes interesadas, como las de relaciones con inversores, asuntos corporativos, sostenibilidad, finanzas, entre otras, para garantizar un enfoque coherente en la adaptación de la sostenibilidad y los criterios ESG a las políticas, además de supervisar y elaborar modelos para mantenerse al día con las tendencias fiscales y evaluar su impacto.
"En un mundo incierto y volátil, las empresas deben prepararse para una amplia gama de escenarios, como las diferencias en los tipos impositivos efectivos, los aranceles significativos, la naturaleza de los incentivos para la inversión extranjera directa y las disputas fiscales y comerciales", señala Grant Wardell-Johnson, director de Política Fiscal Global de KPMG International. "Los directores de tecnología deberían considerar muchos escenarios hipotéticos que normalmente no se considerarían". A medida que las empresas planifican inversiones en fábricas e instalaciones de producción para cumplir mejor con sus objetivos de sostenibilidad y alcanzar cero emisiones netas de carbono, necesitan comprender al mismo tiempo qué regulaciones en qué países podrían ser beneficiosas o prohibitivas.
La función tributaria y tecnología
Una confluencia de fuerzas está ejerciendo una presión cada vez mayor sobre los recursos y las capacidades de los equipos tributarios, la disponibilidad, la calidad y la fiabilidad de los datos, así como sobre las estructuras de trabajo y la gobernanza. La llegada de la IA y la implementación de BEPS 2.0 están transformando la función tributaria, exigiendo a los líderes abordar una compleja gama de cuestiones. Desafíos que se ven agravados por las incertidumbres geopolíticas, las transformaciones financieras internas y las presiones económicas, tanto a nivel nacional como global, que ponen a prueba la resiliencia de los modelos operativos tributarios tradicionales.
El cumplimiento tributario se enfrenta a un mayor escrutinio a medida que las autoridades utilizan cada vez más la automatización, la IA y el análisis de datos para mejorar sus procesos de auditoría y cumplimiento. Por ejemplo, en Brasil, las autoridades tributarias emplean el Sistema Público de Contabilidad Digital (SPED), que integra diversos datos tributarios y utiliza el análisis para optimizar el cumplimiento y mejorar las capacidades de auditoría. En India, las autoridades han implementado la Red de Impuestos sobre Bienes y Servicios (GSTN), una plataforma informática integral que utiliza el análisis de datos para supervisar el cumplimiento y detectar la evasión fiscal. Además, la Administración Estatal de Impuestos de China utiliza big data e Inteligencia Artificial para mejorar la eficiencia de la recaudación de impuestos e identificar actividades fraudulentas.
Con esta tendencia las empresas deben lograr un nivel de visibilidad y precisión de los datos que iguale o supere al de las autoridades fiscales para evitar errores y posibles sanciones. La mala calidad de los datos puede generar inquietudes significativas en las autoridades fiscales, y los errores reiterados o la falta de suministro de datos necesarios pueden dañar la credibilidad del contribuyente, lo que da lugar a investigaciones adicionales. Estos desafíos se extienden a los requisitos de información financiera en constante expansión, con plazos más ajustados y un análisis más riguroso, no solo por parte de auditores y reguladores, sino también de las empresas.
A pesar de estos desafíos, existen importantes oportunidades para que las organizaciones transformen sus modelos operativos y fortalezcan su rol estratégico dentro del negocio. Cuando se evoluciona en conjunto con otras funciones, los equipos fiscales pueden aportar mayor valor y posicionarse con éxito ante un futuro que hoy se muestra impredecible. -