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ENTREVISTA

Ferla-Muzi desde Córdoba

El estudio con sede en la capital de la provincia, cuenta con más de 40 años de presencia en el mercado.

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El estudio con sede en la capital de la provincia, cuenta con más de 40 años de presencia en el mercado.

La provincia de Córdoba, además de su ubicación en el mapa del país, es un centro neurálgico de desarrollo económico para la Argentina. Empresas de servicios, industriales, agrícolas, ganaderas y de muchos otros rubros conviven en el marco de un paisaje bellísimo.
Con base de operaciones en su capital (Córdoba), Ferla-Muzi se acerca al medio siglo de historia. Para conocer más de su pasado, presente y futuro, conversamos con Carlos Molina, socio del estudio y responsable del gerenciamiento.

¿Cuándo se formó el estudio?
En 1975, el Dr. Carlos Ferla junto a otros profesionales, iniciaron el estudio; grupo al que en 1980 se sumó Sergio Muzi y, en 1995, Carlos Molina.
¿Cuáles son los temas claves para mantenerse vigentes?
Una de las claves es mantener intacta la originaria impronta de satisfacer las necesidades de los clientes, prestando un servicio de excelencia.
A ello hay que sumar el constante empeño en la estructuración de soluciones novedosas y el compromiso asumido con el cliente. La idea rectora en la metodología de servicio es que se atiende un cliente y no un caso determinado, procurando que las estrategias y principios que se aplican a cada caso individual, más allá de su particularidad, sean coherentes con el panorama de su actividad, sus prioridades y necesidades.
A nivel interno, es importante mantener una constante actualización de las pautas de funcionamiento del estudio, el permanente control de gestión de la actividad, y el reconocimiento de los esfuerzos individuales de sus miembros. En este sentido, el estudio cuenta con un manual de gestión interna, en el cual se establece la política de gestión, la organización funcional, los procedimientos operativos, la gestión de los asuntos del cliente, la gestión de gastos a cargo del cliente, la facturación, el tratamiento de la documentación, la política de remuneración de los miembros, los procedimientos de control, la auditoría interna y el tratamiento estadístico de datos. Asimismo, resulta relevante contar con una infraestructura adecuada para que cada miembro del estudio se concentre solamente en su trabajo.
También es muy importante el trabajo en equipo, donde el conjunto de los abogados interactúa entre sí, apoyándose recíprocamente aportando sus conocimientos y expertise, independientemente del constante apoyo y supervisión por parte del jefe del área o de alguno de los socios, en razón de la temática de que se trate.
Finalmente, cabe señalar la política de adecuación permanente del estudio a los adelantos tecnológicos que se van produciendo periódicamente.

¿Quiénes conforman el estudio?
El estudio Ferla-Muzi está encabezado por Carlos Ferla, Sergio Muzi y Carlos Molina, en condición de socios. Angélica Simán, como asociada, y Matías Bono y Andrea Mammana, como responsables de áreas de trabajo. El equipo está compuesto por 28 personas, de las cuales 19 son abogados, la mayoría de ellos con cursos de posgrado (maestrías en la Universidades de Buenos Aires y Córdoba), bilingües (además de español, inglés o italiano).
¿Trabajan solo en Córdoba?
El estudio tiene intervención directa en la capital y ciudades aledañas a la provincia de Córdoba, interviniendo a través corresponsales en las principales ciudades de la Argentina.
¿Cómo está el mercado interno de la provincia?
La difícil situación que atraviesa el país en el último año indudablemente ha impactado negativamente en la actividad económica de la provincia de Córdoba en su conjunto, si bien de manera dispar, atendiendo a las características puntuales de cada sector productivo. Ahora bien, dada la heterogeneidad de los clientes de nuestro estudio que, en su mayoría, nos eligen desde hace décadas, nuestra actividad no se ha visto perturbada de manera significativa, habiendo podido mantener el nivel de trabajo, y consecuentemente de ingresos, respecto a períodos anteriores, aunque sin el caudal de incorporación de nuevos clientes como en años anteriores.
¿Cómo imagina el futuro de la profesión?
Entiendo que la actuación profesional se debe ir adecuando a los progresos tecnológicos, intentando utilizar herramientas ágiles y acordes a las necesidades de los clientes, sin dudas nos enfrentamos con el desafío de adecuarnos a los tiempos y a la dinámica de la información, sin dejar de lado nuestra impronta.
Hace pocos días el Poder Judicial de la provincia de Córdoba lanzó la aplicación del expediente electrónico, camino al papel cero, lo cual sin dudas es novedoso y a nuestro entender lo más avanzado del país en materia de informatización de la justicia.
Es hacia ese camino al que nos queremos dirigir, servicios en tiempo real, vía canales digitales que se adecúen a la generación que se perfila como el segmento de clientes con potencial de desarrollo.
¿Cómo se relacionan con la nueva generación de abogados?
Procuramos compatibilizar la mística del estudio con los paradigmas de la nueva generación de abogados. Es todo un ejercicio que a nosotros nos resulta bastante fácil, pues siempre priorizamos el trabajo en equipo. A partir de un concepto de nuestro servicio que desarrollamos hace muchos años, nos impusimos que al menos dos abogados debían estar al tanto de los asuntos del cliente. Esto nos obligó a abrirnos a la modalidad de trabajar en grupo y en equipo.
Con ese antecedente, la interactuación es más fácil, ellos nos amoldan a su modo y nosotros les trasladamos nuestra experiencia, en un grupo humano en el que siempre prima la persona y el respeto mutuo, el objetivo es siempre crear valor y la creación de valor depende del intercambio de información y conocimiento en el grupo humano que presta servicios.

LA VISIÓN DEL OTRO LADO

“La clave fue prepararnos para dar lo mejor a nuestros clientes”, señala Molina.
“Siempre hemos pensado el estudio como si fuésemos nuestros propios clientes
y así hemos actuado, con el norte puesto en qué querríamos si estuviéramos
del ‘otro lado del mostrador’, y las respuestas vinieron solas, siempre buscamos
lo mejor. Así, no dejamos que el crecimiento nos disputara la eficiencia y, desde
la conducción, nos enfocamos en las acciones necesarias para apuntalar
el crecimiento”.
Consultado por cómo trabajan la capacitación, añade: “Apostamos siempre a la educación de los abogados, con planes de capacitación que los hicieran mejores profesionales día a día, acompañándolos en ese proceso. Los profesionales capacitados y bien entrenados, responsables y comprometidos son difíciles de reemplazar para el cliente, particularmente los que combinan un muy alto entrenamiento funcional con imaginación y capacidad de acción. A ello
le agregamos procesos claros y que otorguen certeza al cliente”.
En relación a la eficiencia, señala: “Un ejemplo de ello fue nuestra apuesta a una organización eficiente desde siempre. Sin que fuera un requisito del servicio, nos avocamos, en 2000, a implementar la certificación de normas ISO 9000, así logramos obtener la distinción como el primer estudio jurídico generalista del país que certificó con la característica de certificar procesos de diseño de defensas jurídicas, lo que no había ocurrido nunca, y que incluso para los certificantes fue un desafío. Con esta visión hacia adentro y nuestro trabajo como el distintivo hacia afuera, consideramos que hemos podido lograr un equipo de trabajo que se afianzó en un mercado local”, concluye Carlos Molina.