Ezequiel Braun
Pellegrini
Una plataforma web intuitiva, sencilla y accesible que pretende ayudarnos a gestionar sociedades comerciales
en todas sus etapas, automatizando la generación y almacenamiento de documentos y/o procesos.
En esta nueva sección, que bautizamos #outofthebox, queremos darle un espacio a todos aquellos abogados que se animan a pensar fuera de lo esperado, a salirse del modelo tradicional de la abogacía, y que viven estos tiempos de volatilidad e incertidumbre con esperanza y creatividad, construyendo la nueva abogacía que el mundo está necesitando.
A los cinco minutos de conversar con Ezequiel vía Zoom, tengo la sensación de que probablemente me haya equivocado de persona. No estamos hablando de tecnología, de Sillicon Valley, de tendencias, métricas, ni hemos caído aún en las diatribas contra la profesión. Esperaba que un emprendedor del legaltech se parezca más a alguien descontento con el mundo de la abogacía analógica y el papel, algo así como un evangelista que anunciara el fin de los tribunales mientras arroja a una hoguera digital el traje y la corbata. Minutos más tarde entendí que no todos los emprendedores digitales usan remeras con el logo de Atari o Apple, desconocen a Cortázar, ni necesariamente odian el mundo presencial y sus ritos, como ir a un juzgado a pedir un expediente.
Ezequiel ama la profesión, me dispara al empezar la nota, y ya sospecho que la aparente antinomia entre abogacía y revolución digital no es tan River-Boca.
(Anoto para mí mismo: entender y gestionar las paradojas será fundamental para sobrevivir a los cambios)
Volviendo a Ezequiel, me cuenta que su carrera tuvo destinos variados que lo fueron enriqueciendo, y que en definitiva fueron construyendo su presente, que también es el de Brevity. El abogado tiene el privilegio de poder aspirar, me confiesa, a ser el consejero de referencia del cliente. Llegar a ese grado de confianza en el que hay una entrega incondicional, un abandono en nuestras manos. (Nota: buscando una palabra que contenga todo esto, encuentro amicitia en el Diccionario Panhispánico del Español de la Real Academia Española)
Luego de esta introducción, que más que nada es una declaración de principios, arrancamos la entrevista, de la que pude inferir una suerte de primera hipótesis: quizás la tecnología podría devolvernos a lo mejor del mundo analógico que ya extrañamos. Pero eso es un tema aparte para discutir en otro lugar, así que vamos con las preguntas.
Contame, Ezequiel, sobre tus orígenes en la profesión… ¿De dónde venís?
Me recibí hace poco más de 15 años. Desde mi primer trabajo, en Negri & Teijeiro, trabajé con fuerte foco en derecho societario. Luego, seguí en Bruchou, Fernández Madero & Lombardi, donde aprendí muchísimo. Fueron poco menos de 4 años muy intensos, de gran aprendizaje. Vi de primera mano cómo se trabaja en lugares con una clara cultura de dedicación y foco en la excelencia, que traté de reflejar en todo lo que siguió después. Me llevé además grandes amigos y mentores que fueron muy generosos con su tiempo y dedicación a enseñar.
En 2010 me independicé y trabajé en el Estudio Gutiérrez Eguía, que me dio una perspectiva diferente, con clientes PyMes, start-ups, e inversores en el mundo de la tecnología. Una experiencia completamente distinta a la vivida anteriormente en estudios corporativos y más grandes.
A partir del 2015 comencé, como representante de un grupo extranjero, a administrar los activos de clientes desde la gerencia de empresas, lo que me ayudó mucho a entender la realidad de los negocios, de la gestión, del otro lado del mostrador, y pude ponerme del lado del cliente que contrata abogados, y tener una visión más completa desde ahí.
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Luego de conocer su historia y antecedentes, me enredo con Ezequiel en una conversación típicamente prepandémica, de aquel mundo que miramos con melancolía, que ya no se ve en la pantalla del Zoom, y aparecen los temas que nunca debiéramos dejar de lado: los buenos libros, la historia, la relación profesional-cliente, la importancia de nuestro rol con la sociedad. Hasta aquí, no logro entender en qué momento deberíamos empezar a hablar sobre una plataforma web, y sobre el propósito que tuvo Ezequiel al crearla. Pero segundos más tarde, con toda la naturalidad del mundo me empieza a llevar y traer entre lo analógico y lo digital, entre los libros que lo marcaron como abogado, y sus inicios como emprendedor tecnológico y como padre de Brevity.
¿Cómo llegaste al mundo del legaltech, y cómo se te ocurrió desarrollar una plataforma web?
En 2017 empecé a estudiar cuestiones relacionadas a tecnología y el futuro del trabajo, haciendo algunos cursos que ofrecía Singularity University y el Banco Mundial. Tenía la inquietud de entender cómo sería el futuro de la profesión, y qué lugar tendríamos en ese futuro, por lo que también hice otros cursos de Inteligencia Artificial, Design Thinking, entre otros.
Respecto de Brevity, la idea surgió como una síntesis del aprendizaje que tuve como abogado de estudios corporativos, como independiente, y como administrador de empresas. Todo me ayudó a tener una idea de donde se encontraban los espacios para impulsar cambios que resolvieran algunas cuestiones que entiendo frenan hoy en día el crecimiento de la profesión. Concretamente, quería desarrollar algo que permita llevar la parte más automatizable del derecho societario, toda la gestión, la administración de la sociedad, que son tareas que muchas veces son rutinarias y repetitivas, y que conviene dejarlas en manos de un sistema…
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Llegados a este punto, aparece la pregunta incómoda sobre si la tecnología va a quitarle trabajo a los abogados. Y a pesar de que por trillada y repetitiva, debiera ser excluida de las entrevistas, me permito hacérsela, quizás esperando que el optimismo incurable de Ezequiel me contagie y nos contagie. Y lo consigue, de este modo:
Yo personalmente estoy muy entusiasmado de ver cómo la tecnología va a ayudar a mejorar la calidad de vida de los abogados, la vuelta a una dedicación al trabajo de mayor valor agregado, más estudio y un nuevo vínculo con el cliente. Es muy interesante también ver lo que está pasando en las gerencias de legales y cómo el abogado interno de empresas está cobrando cada vez una relevancia mayor.
Como te decía antes, soy un enamorado de la profesión y creo que la tecnología va a permitir salir de temas que nos ocupan demasiado el tiempo y nada tienen que ver con ser realmente un abogado. Vivimos en una región con mucha burocracia y nos tenemos que dedicar demasiado a trámites y procesos repetitivos.
Redactar un acta de asamblea ordinaria, o cualquier documento societario de la gestión cotidiana no nos permite ser lo abogados que quisiéramos. Por eso, remarca, Brevity tiene una filosofía de hacer los trabajos ordinarios estandarizables, con una base de sistemas de plantillas y modelos inteligentes y automatizados, de documentos societarios de gestión ordinaria, de uso común, y no pretende incorporar documentos sofisticados sobre cuestiones específicas, porque no quiere competir con un abogado en este mettier. Brevity quiere dejar a la abogacía lo que le pertenece: el trabajo que agrega verdadero labor, el trabajo elaborado, complejo, y no el rutinario, el que deberá ser acometido por herramientas tecnológicas.
Luego de habernos metido en tu rol de emprendedor, me gustaría preguntarte si durante todo el proceso de creación de Brevity sentiste que la carrera de abogacía te había dado las armas para desarrollar una empresa. Hay un fuerte movimiento que reclama la hibridación de carreras, el cambio de perfil del profesional técnico hacia el emprendedor, etc. ¿Qué opinas?
Siendo abogado de empresas, hubo mucho camino recorrido en cuanto a aprendizaje, por lo que uno ve y acompaña a los clientes. Por otra parte, no coincido con esa mirada de que los abogados no tengamos espíritu emprendedor. Fijate que los abogados, en su gran mayoría, son emprendedores. Si uno lo piensa comparativamente con la cantidad de profesionales, hay pocos estudios en los que predomina el abogado-empleado. En general yo veo que el riesgo de ser independientes, o formar luego con socios estudios nuevos, está muy incorporado en el ADN de nuestra profesión.
Sin embargo, si me preguntás por las herramientas que debería fortalecer la carrera universitaria, sería bueno que esta incluyera más conocimientos de finanzas, manejo de herramientas de software básicas como el Excel, disciplinas complementarias como Design Thinking, y algo de Project Management y Metodologías Agiles. Definitivamente algo más de manejo de recursos humanos y cómo liderar grupos. Esto en lo relativo a emprender.
En lo general, creo que todas las carreras tienen que incorporar cada vez más contenidos vinculados a las nuevas tecnologías como blockchain, IA, y otras.
¿Y cómo ves la profesión de aquí a diez años?
Diez años es una eternidad con la velocidad de los cambios a nivel general que están ocurriendo. Si pensamos todo lo que no existía hace 10 años, por ejemplo, WhatsApp, Netflix, Uber… Pero si tengo que imaginar, veo al abogado en un rol mucho más activo en el asesoramiento y menos en procesos y trámites. Y en una posición donde tendremos que guiar a nuestros clientes a actuar en un mundo de cambio constante en materia legal. Será un gran desafío porque la tecnología, en todos sus rubros, avanzará muchísimo más rápido que la legislación, y en el mundo desconocido y sin reglas claras los clientes necesitarán mucha más guía que antes.
Yo entiendo además que es una responsabilidad importante hacía donde encaramos, en temas éticos, cuando no hay nada escrito en la ley. Por eso es importante estudiar y estar actualizados. Ya hay una gran discusión sobre la Inteligencia Artificial y la forma ética de utilizar Machine Learning para distintos asuntos.
Para terminar… Hagamos de cuenta que te encontrás conmigo y te cuento que estuve encerrado en un templo budista durante diez años, meditando y apartado del mundo, sin acceso a la información, diarios, y que necesito entender el mundo que estamos atravesando como abogados… ¿Qué libros me recomendarías para ponerme al día rápidamente?
En primer lugar, te envidiaría. (risas)
Me gustó mucho Tomorrow´s Lawyers, de Richard Susskind, porque tiene una visión muy concreta y, también acertada, sobre el futuro de la profesión. Rules for a Flat World, de Gillian Hadfield, sobre los problemas que tienen las sociedades en cuanto a la formación de leyes y un análisis histórico de la importancia de la infraestructura legal (como el conjunto de normativas de la sociedad), y cómo llevó a fracasar o crecer a los países en la historia. Ahora estoy leyendo Simple, de Gerónimo Frigerio, que tiene un enfoque muy interesante de cómo las leyes y regulaciones en América Latina son una gran causa de los problemas de la región.
Por último, para los abogados independientes, recomiendo Lawyer Forward, y los estudios más corporativos, The Client Centered Law FIrm.
Si se quiere profundizar en relación a las nuevas tecnologías, la diplomatura Derecho 4.0, de la Universidad Austral, o el Posgrado de Inteligencia Artificial y Derecho, de la UBA, son muy buenos.
SOBRE BREVITYBrevity es una plataforma digital que propone una transformación y una experiencia nueva en la manera de trabajar de los abogados, ayudándolos a reducir drásticamente el tiempo que dedica a tareas rutinarias. Es un espacio de trabajo compartido, virtual, con procesos automatizados y documentos digitalizados; al cual todos pueden acceder desde cualquier lugar en cualquier momento.
Basados en la fuerte convicción de que la Inteligencia Artificial es un instrumento útil para librarnos de trabajos repetitivos, la herramienta despeja tiempos para tareas complejas y de alto valor agregado, que es la esencia misma del ejercicio de la profesión. También genera
bases de datos inteligentes y tiene un sistema de alertas y vencimientos para que cada abogado configure en base a sus necesidades. Su implementación será en etapas; la primera cubre todas las tareas del derecho societario y será lanzada en Argentina en marzo de 2021.
Podes probarla en su versión gratuita en www.brevity.pro